miércoles, 7 de mayo de 2008

Marino

Narval
Sergio Pérez Portilla

Me sorprende tu palidez, me entusiasma tu misterio. Mientras bogo mar adentro en tu historia, a la vez que me pierdo en el horizonte azul del porvenir, voy creyendo que te veré. Ancestral habitante de los mares fríos, has dado a mi mundo fantasías, has brindado seguridades y temores, has visitado noches con tus motas y tu perfil.
Por ti creo en los unicornios de la tierra, por ti creo que debo creer en ellos. Por ti, unicornio de las aguas; por ti, ola e isla.
Pero no es tu cuerno, sino tu diente. No es tu pelear, sino tu sentir. No es lo liso, sino el caracoleo de tu marfil. Amigo, puedo verte. Puedo verte desde tu historia y en el porvenir. Puedo verte cabalgando hacia mí, fantasmal, crédulo, enorme, cierto. Puedo verte, puedo…


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