viernes, 28 de marzo de 2008

Juntos

Inspiración
Sergio Pérez Portilla

Mientras sueñas con quimeras y belerofontes, mientras camino con alpargatas rotas y cansadas, mientras el punto y aparte no llega y sigue la lluvia bañando la tierra, te busco en la oscuridad. Te voy buscando a tientas, con los ojos bien abiertos, ojos que no distinguen nada, manos que no te alcanzan. Ahora vacilas, dudas y vuelves a dormir, y el punto y aparte llega.
La lluvia cesa y la tierra canta, la flor despierta. Todas las noches veo hacia el sur, buscando trirremes que ayuden en nuestras batallas, y alcanzo pacíficos navíos que se vuelven canoas y luego orillas, y luego tierra infértil. Estiro mi mano y te encuentro. Te sacudo e intento despertarte, pero callas y tu huella, antes indeleble, se vuelve temblor, y la blanca ansiedad sigue esperando.
Corro, contigo en brazos, de la tierra infértil a la orilla, de la orilla a la canoa y de aquí al navío. Expulso a los mercaderes y lo convierto en belicoso cuartel, y lo dirijo al sur. ¡Vamos!
Llego a la tierra que es luz, bajo contigo y te coloco sobre el suelo. Abres los ojos, te extrañas y comienzas a despertar. Un suave perfume sube desde las entrañas de las rocas hasta el cielo azul. Te levantas, bailas, corres, vives. ¡Estás co
nmigo de nuevo!
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miércoles, 26 de marzo de 2008

De un padre

Abrazos y consejos
Sergio Pérez Portilla

Descansa, pequeño, y trata de soñar con castillos de tu tamaño, con dragones siempre vencidos, con caballos blancos de crines largas y patas veloces. Dejaré encendida una luz muy tenue, no temas a las sombras, son sólo eso; estaré escuchando atento por si necesitas un abrazo o por si olvidas dónde estás.
Tu madre velará tu sueño desde allá arriba, ¿lo recuerdas? Te dijo que nunca olvidaras que estaría viéndote crecer, jugar y dormir. ¿Ya tienes pensado qué haremos mañana? Bien, no importa, ya sabes que siempre podremos inventar algo. Te quiero, pequeño. Dile buenas noches a papá Dios. Anda, ahora métete debajo de la cobija y tápate bien, que hace frío. Hasta mañana.

lunes, 24 de marzo de 2008

De la Resurrección

¡Hola, un saludo a todos! Hemos estado ausentes durante la Semana santa, pero no por vacaciones, sino porque estuvimos de Misión. Dejo el siguiente escrito que se publicó el Domingo de Resurrección de este 2008 en la página Concilio, del SAX, en el Diario de Xalapa. En mi espacio subiré algunas fotos de la Misión que vivimos y celebramos en la comunidad Magueyitos, de la parroquia de Villa Aldama, Veracruz. Por supuesto: ¡Felices Pascuas de Resurrección!

¡Ha resucitado!
Sergio Pérez Portilla

¡Era Él! Sí, el mismo que vieron morir en una cruz, al que vejaron y humillaron por pensar que quería quitarles honores que su sociedad les daba; el que habló fuerte contra las injusticias, comprensivo con los injustos, alentador con los humillados y rechazados injustamente; el que tenía palabras de vida, de verdadera vida, palabras de amor, palabras sabias, el que era la Palabra… Era Él. El corazón de todos ardía cuando los llamaba por su nombre, cuando partía el pan con ellos una vez más, cuando les mostraba sus manos y su costado, el que había muerto, era Él a quien tenían enfrente, ¡había resucitado, estaba vivo! Lo que sus ojos veían y sus manos tocaban, lo que sus oídos a veces necios escuchaban, no era muestra de la desesperación ni del miedo, no, era una experiencia con el que llevaba 3 días ya en la tumba y ahora se presentaba con la misma amistad y camaradería, era el mismo de antes, pero no era como antes, su mirada diáfana seguía manifestando amor y su voz seguía siendo portentosa, pero su presencia era diferente, gloriosa. La Resurrección creó la fe.
¡Es Él! El mismo que hace dos milenios caminó llenándose de polvo y predicando un Reino, el que curaba y escuchaba, el que daba a cada uno su lugar al reconocer su dignidad; el que caminó cargando una cruz hasta llegar al sitio donde iba a ser ejecutado, que no ajusticiado; el que se manifestó ante los suyos para que dieran testimonio del milagro más grande, del milagro de la Resurrección, es Él, el mismo que hoy se hace presente en el altar en el milagro de la Comunión. El que formó una familia con lazos más fuertes que los de la sangre, sigue estando presente con esta familia, mucho más numerosa ya, mucho más madura también. Si no hubiera resucitado, la fe de toda esta comunidad sería vana. Pero no lo es, resucitó y dio validez, razón, sentido a todas sus palabras. La Resurrección sustenta la fe.
¡Será Él! El que venció a la muerte con la vida, a las tinieblas con la luz. El que es la Vida, el que es la Luz, Él será. Será quien venga en toda su belleza, en todo su esplendor, y perfeccionará la obra que comenzó desde el inicio de los tiempos y que ha avanzado con notables vicisitudes, pero que sigue caminando; la obra en la que los hombres y las mujeres de todos los tiempos y de todos los lugares están contemplados, la obra de reunión y reconciliación plena entre criaturas y Creador. Será Él quien culmine esta obra, que ya comenzó con su resurrección a ser más sublime cada día. El que cierre esta historia que se encamina hacia lo alto, será Él y no otro. Su llegada no será caos y angustia y miedo. Sí, será en el final de los tiempos, pero esto no significa que sea el peor de los tiempos, sino el mejor, el de la más grande alegría porque todo lo que se ha creído, anunciado y vivido estará en su plenitud. La Resurrección realizará la fe.
Este domingo se celebra la Pascua de Jesús, el Cristo. Ese paso de las tinieblas de la muerte a la luz de la vida, el paso con el que se vence precisamente a esa muerte y se ofrece y otorga vida, se recuerda hoy y también se vive hoy. El hombre es religioso por naturaleza, en su más profundo sentimiento y en su más lúcido pensamiento se encuentra un canal que lo comunica con Dios. Pero no todos los hombres tienen la misma fe. Los cristianos creen en Jesús, el hijo de Dios hecho hombre que se encarnó, vivió entre nosotros, anunció la salvación para todos y fue condenado a la muerte. Pero los cristianos no termina su fe ahí, pues no creen sólo en el impotente y fracasado de la cruz, sino en el poderoso y victorioso de la Resurrección, el que dejó la tumba vacía, el que se apareció a los discípulos para que ellos anunciaran su mensaje. Los cristianos recuerdan y celebran a un Jesucristo vivo, un Jesucristo que resucitó al tercer día, que está presente en su Iglesia y que vendrá con gloria trayendo consigo la salvación prometida, el Cristo de la Resurrección.


viernes, 14 de marzo de 2008

Un cuento

Después de un rato de escribir una prosa distinta, hoy les presento un pequeño relato, cuento quizá, que a muchos resultará conocido. Es un escrito sencillo, pero es parte de una cierta deuda moral.

Empleos y caricias
Sergio Pérez Portilla

Tiró de la hoja y la arrugó, maldiciendo a su jefe por haberla puesto en semejante aprieto, y de inmediato aventó en dirección del bote de basura la piedra de papel. Intentó de nuevo: Cómo trabajar la mitad y ganar el doble, por… ¡No, no, no, eso era una mentira! ¿Cómo podría decirle a alguien semejante disparate, cuando a ella misma le obligaban a trabajar el doble y, si iba bien, ganar lo mismo? Ya había escrito otro artículo que tampoco le había gustado: Cómo ser millonario en 2 meses. Si fuera cierto, ¿qué carambas estaría haciendo entonces, para qué escribir para una revista si existe de verdad una fórmula para ser millonario en tan poco tiempo? No, eso la ponía fúrica y le bajaba el ánimo.
Entonces, casi de la nada, sintió sobre sus hombros dos manos que conocía. Sabía que eran del hombre que estaba en la foto junto a su máquina de escribir. Tomó una de ellas entre las suyas y sonrió cerrando los ojos, rozando sus mejillas en esa mano. Comenzó a tranquilizarse, tal como le pedía su voz, la voz del amante, del amado. “Tranquila, ya pasará”. “Tienes razón, sólo es un momento. ¿Qué es esto comparado con la eternidad?”. Respiró, soltó la mano, colocó una hoja más, pensó, escribió:
Curriculum vitae.

domingo, 9 de marzo de 2008

Día de la mujer

Un texto publicado en la página dominical de Concilio, elaborada por el Seminario arquidiocesano de Xalapa en el Diario de Xalapa, el día 9 de marzo de 2008 y con motivo del Día de la mujer. Le mando un saludo, un abrazo y una felicitación a todas las mujeres.

¿Detrás de un gran hombre?
Sergio Pérez Portilla

Durante mucho tiempo, la mujer ocupó un lugar secundario en la humanidad. Nuestra cultura occidental le confirió, aunque no desconocemos los clanes matriarcales, un silencio y una debilidad que no son realmente suyos, mas como toda mentira que se dice mil veces y se termina por creer (Goebbels), muchos terminamos creyendo que la mujer era el sexo débil y que su voz no tenía valor, que no hacía falta escucharla. La llamada ley del péndulo se dejó ver, y a mediados del siglo anterior surgieron movimientos feministas que exigían revalorar el papel y el lugar de la mujer en la sociedad. Se logró mucho con ellos, pero también se cayó, en algún momento, en el extremo: la mujer debe regir, porque es más prudente, porque madura más rápido, porque…
La búsqueda que hoy debemos sustentar, teórica y prácticamente, es la del auténtico ser de la mujer, ni quitarle su dignidad y con ella sus derechos y deberes, ni concederle un lugar que no le corresponde al darle razón en todo, aceptar todo lo que piense y diga como si fuera palabra absoluta de verdad. Hoy debemos buscar el ser verdadero de la mujer, escuchando su origen en el eco de su actuar y atendiendo su destino en sus anhelos más profundos, y esta búsqueda debe partir de la naturaleza misma que ha dotado a la mujer con un todo que resulta complemento exacto del hombre. Pero no estamos hablando de la mujer en función del hombre, si así lo hiciéramos cabría entonces la doble implicación, es decir, hablar del hombre en función de la mujer. Pero no lo hacemos, tan sólo hablamos así para referenciar la equidad misma entre los dos. Por lo mismo, podemos decir que la mujer resulta complemento preciso del hombre y de los hombres, entendidos éstos como todos los hombres y como todas las mujeres. Y esa equidad y esa naturaleza de relación son dadas, desde el punto de vista cristiano, por su Creador.
La mujer, entonces, está constituida en todo su ser como complemento de los otros, pero es por lo mismo guardiana de ellos, a la vez que administradora de los bienes que la creación ofrece a la humanidad. Aún así, a la mujer le corresponden una vocación y una dignidad específicas. Sólo la mujer puede ser madre, con todo lo que esto sugiere: recepción del óvulo fecundado, transmisión de vida a esta vida nueva personal pero necesitada, a través de su misma sangre y su mismo alimento, alumbramiento que une más a madre e hijo de lo que podría separarlos, y a partir de aquí, donación de sí misma para que el otro, independiente por naturaleza, sea independiente de hecho. Pero el don de ser madre no excluye otros dones, pues la mujer puede consagrarse como mujer a sus hermanos, incluso al mismo Dios. Todo ello es loable. Y dichas vocaciones se ven perfeccionadas por la dignidad propia, por la humana grandeza que es ser mujer.
Celebrar a la mujer en sí en un día es símbolo de la celebración que se debe tener todo los días, pues felicitarla en tal ocasión no excluye hacerlo en otras.
Por último, sólo nos resta decir que no estamos de acuerdo con la vieja sentencia que dice que detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer. No, ella no tiene por qué estar detrás, sino a su lado. No le corresponde ir en la vanguardia pero tampoco en la retaguardia. Le corresponde ser compañera. Su voz merece ser escuchada porque es mujer, no porque goza de cierta posición socioeconómica, o política incluso. Su voz vale porque es digna de por sí. No es débil, en muchos aspectos es tan fuerte como el que más, y es tan valerosa como pocos. No, detrás de un gran hombre no debe haber ninguna mujer.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Desde mi banca

Viajero
Sergio Pérez Portilla

Derribé la mitad de mis creencias y destruí un tercio de mis recuerdos, y por la noche guardé en una bolsa las hojas y los sueños, todo con la intención de volver a empezar. Caminos agrestes pueblan los mapas. No me importa. Recorreré lo que deba recorrer, pues voy confiado, y sé que en mil años seré recordado. A veces me cansaré, pero sacaré de la bolsa, que colgué en mi hombro, un sueño y una hoja. El sueño iluminará el camino y mi rostro, la hoja recibirá mis nuevos recuerdos.
Todos los días veré mis manos, y cuando estén tristes las besaré como mi madre besaba mi frente. Cada tarde me comprometeré con el sol poniente, haré una cita con él para cuando regrese. Y cuando llegue al final del viaje, saludaré a todos los que estén esperándome, les daré un fuerte abrazo, una cálida sonrisa, y sabré que todo valió la pena.

martes, 4 de marzo de 2008

Nuevo reproductor

Aquí está un nuevo reproductor. Contiene los cantos que hemos estado grabando. ¡Disfrútenlo!

domingo, 2 de marzo de 2008

SECCIÓN

¡Hola!
Esta entrada es sólo para informarles que tendremos una sección de nombre ¿Sabías que..., en la que, como su nombre lo indica, habrá una serie de datos curiosos (tomados en su mayoría de revistas como Muy interesante, Conozca más, o de fuentes populares) y de vez en cuando notas un poco más abundantes sobre temas de actualidad.
El objetivo es compartir conocimiento, no más. La sección se encuentra en la barra lateral.
Les agradezco nuevamente que sigan leyendo este blog.
¡Muchas gracias, y estamos en contacto!
ATTE. Sergio Pérez Portilla.

Familias

Este escrito fue pensado en primer lugar para Concilio. Ahí no fue publicado, pero lo comparto desde aquí para todos ustedes, agradeciéndoles que me hagan parte de su familia. Una versión con enfoque cristiano, al parecer, será impresa en la revista Mensaje, del SAX. Yo les aviso si es publicado. Por cierto, ¡que vivan las familias, y que viva mi familia!

La familia, fuente de vida
Sergio Pérez Portilla

Todas las familias son diferentes y, sin embargo, todas contienen en sí características propias que las hacen ser tales. Son tan diferentes como distintas son las personas, hombres y mujeres, que conforman a todas y cada una de ellas, pero todas cuentan, a la vez y por el mismo hecho de ser humanos reunidos y relacionados externa e internamente, con un alto grado de semejanza. Para los cristianos, la proyección de los individuos en la familia se ve enriquecida por la semejanza del hombre con Dios, resultando la familia también un reflejo del Dios comunidad.
Todos los ámbitos de desarrollo humano –social, económico, político y religioso– coinciden en decir que la familia es el lugar preferencial del sano crecimiento de hombres y mujeres, siendo un crecimiento holístico. Es por esto que existe una imperiosa necesidad de fortalecer la estructura familiar y perfeccionarla, buscando evitar, por otro lado, reducirla o abaratarla.
¿Qué es una familia? De inmediato se piensa en un grupo de personas que están relacionados entre sí. Existen grupos ocasionales o temporales, la distinción con la familia es que ésta se trata de un grupo permanente. Son personas relacionadas entre sí, pero si bien la máxima relación que entendemos como familia es por la consanguineidad, no es completamente exclusiva, aunque tampoco excluyente.
En todos los ámbitos de desarrollo arriba mencionados se habla de familias, lo cual es válido aunque al mismo tiempo hace multiplicar la idea que tenemos sobre familia, pero más bien debemos entender cómo la única familia actúa en esos ámbitos. Nos centramos, pues, no en la familia, o comunidad, que hacemos en el trabajo, en el gusto político, o en otro, sino en la básica, la que generalmente conocemos como comunidad de padre, madre, e hijo o hijos. Añadimos, claro, parientes de segunda o tercera línea, y no nos limitamos al parentesco de sangre únicamente porque el padre es verdadera familia para la madre, y viceversa, y entre ellos no existe relación de sangre. Ya ni hablar de los hijos adoptados o algunas otras situaciones propias. La relación se establece en el amor, no entendido únicamente como afectivo, pues se necesita también de un amor efectivo, sino en un amor pleno.
¿De dónde viene la familia? Proviene del anhelo profundo de todo hombre de ser pleno a través de la comunión espiritual y material (no son meramente opuestos) con los que son como él, proviene de la naturaleza misma de los hombres, pues el hombre es uno consigo pero también uno con los demás. Ser familia está inscrito en el corazón y en la mente de todos los hombres, pero esto no la reduce al instinto, sino a la necesidad que, solventada, hace feliz al necesitado.
¿Hacia dónde se debe dirigir la familia? La familia debe dirigirse a la perfección, es decir, a la comunicación, a la relación y a la unidad perfectas, a la vida consagrada por y para el otro, al esfuerzo ilimitado en su limitación, al ser y hacer en y para el otro con desinterés verdadero. La familia está llamada a ser proyección del hombre, complejo, digno y trascendente, y reflejo también de todos los hombres que habitan este mundo.
No desconocemos las situaciones no gratas en las que muchas familias se encuentran, pero recordarles su identidad más profunda podría darles una luz, un motivo, un pretexto que las lleve a buscarse a sí mismas, defenderse ante los embates que desean su disolución, y alegrarse porque son fuente de vida, de verdadera vida.