martes, 14 de abril de 2009

Jacarandas

Para ti, porque ya vi tus ojos

Abriles
Sergio Pérez Portilla

Salí con prisa, el reloj me había engañado y ya iba con un pequeño retraso. Pero todo retraso es falta de cortesía y de respeto por el tiempo de los demás, así que también estaba un tanto apenado.
Tomé un taxi y le indiqué la dirección, y mientras yo deseaba que el conductor hiciera honor a la fama que les precede a todos los miembros de su ramo, sucedió lo contrario. No sabía en qué pensar, pero sí sabía en quién: en ti.
Después de bajarme dudé un poco, ¿entro o no entro? Me decidí por lo primero, y andando sin saber por qué pasillos y escaleras, imaginando que quienes me veían pasar lo hacían con cierto recelo, di una vuelta y te vi. Te vi y ya no supe qué decir. Estabas descansando en tu seguridad y confianza, con un gesto de despreocupación que simplemente me cautivó. No te hablé de inmediato, preferí contemplarte unos minutos más. Y después te abracé, y al hacerlo ya no tenía intención de dejarte. Pero debías respirar, y mis brazos quizá te apretaban un poco. Te vi, abriste tus ojos, los vi, y luego tú me miraste sin hablar. Elegiste los marzos y yo los abriles, te dije, y es que el día 13 del cuarto mes siempre me ha regalado un mucho del cielo aquí en la tierra. Abriste tu boca, intentando decir algo, pero no lo hiciste. Luego, luego sonreíste, y entonces la prisa se acabó.





2 comentarios:

Anónimo dijo...

SOLO PUEDO DECIR LO SIGUIENTE:

"DIOS TE AMAAAA!!!!!"

Q TENGAS LINDA NOCHE!!

Sergio dijo...

¡Lo sé, y cada vez lo sé más, lo sé mejor!

Gracias, gracias, gracias, gracias...