jueves, 23 de abril de 2009

Buenos días


Como tú
Sergio Pérez Portilla

Te he esperado mil eneros, de verdad que lo he hecho, y en cada uno de ellos viví días cansados, y a cada momento escribí futuros de ensueño mientras salía a pasear. Te he esperado desde antes de conocerte.
Yo no sabía que me faltabas, ni siquiera supe que eras tú cuando te vi bailando en los rosales, aquellos que quitaron sus espinas para no lastimar tu paso y tu andar, aquellos que se arroparon de algodón y fibra.
Las brasas se negaban a morir de noche, esperaron al alba y entonces, con el clarear matutino, con las aves enamoradas, con el rocío de miel, dijeron adiós. Cenizas, viento, una pared de humo.
El césped era muy verde, tanto que me hizo pensar en las veces que tus manos llevaban las hojas y las manzanas, tanto que me hizo creer que la esperanza sigue en pie.
Sí, debo aceptar que no hago más que pensar en ti, pues para alguien como yo, alguien como tú: tus susurros que calman el ruido en mis oídos, tu rostro de radiante esplendor que ilumina mis ojos, tus manos frías que abrazan las mías, tus labios delgados…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que shida la imagen, me gustó mucho. Ah y también el escrito por supuesto como todos los demas.
saludos locos.

Rana Lidia

Sergio dijo...

¡Hola Lidia!

Pues la imagen no es lo que yo buscaba, pero cuando la vi supe que era la indicada. A mí también me gustó mucho, se me hace muy clara, muy limpia.

Gracias por seguir leyendo, y gracias por decir que te gustó lo escrito.

¡Un abrazo!
Sergio.