martes, 10 de junio de 2008

Memoria


Carta al atardecer
Sergio Pérez Portilla

Escucho música de mi juventud, música que me hace recordar momentos alegres, tristes, lacónicos, constantes, con inviernos y con sueños. Nunca me pregunté qué sería de mí al llegar a esta edad, y si bien no lo hice, hoy me alegra ser quien soy.
Tengo lo necesario para vivir, tengo hijos y nietos, tengo una montaña de papeles que esperan mi memoria, y tengo una estrella para cada uno de mis amigos.
Tengo un lugar que me recibirá cuando el cansancio de mi cuerpo y la plenitud de mi espíritu me inviten a ausentarme de estas tierras y estos cielos.
Tengo el color blanco en mis cabellos y en mi conciencia, pues supe disculparme a tiempo y a destiempo.
Tengo la piel marcada por las sonrisas y preocupaciones, por las lágrimas de bien y de mal, si es que así se puede llamar.
Tengo saldos en orden, sin deudas que me reclamen. Pagué lo que debía y a veces me di el lujo de dar un poco más, ¡cómo disfruté esos momentos!
Imagino que tú también tendrás muchas cosas que contarme, así que esperaré tu respuesta. Escríbeme, me gustaría mucho saber otra vez de ti, como ayer, cuando escuchábamos esta música de nuestra juventud.

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola sergio!!
que padre tu escrito!
cuando llegue a esa edad (claro,si el Señor así lo decide) me gustaría escribir una carta como esta jeje o al menos estar agradecida con el Señor por todo lo que permitió en mi vida...
Cuidat y recibe 1 fuerte abrazo
Nos vemos luego =D