miércoles, 9 de enero de 2008

Un intento de poesía

Comparto este intento de poesía y un escrito breve. El primero es ya antiguo, el segundo es de fines del 2006.

Silencio
Sergio Pérez Portilla

¿Qué escribiré con la sangre de los árboles?
¿Qué contaré al río que nunca se detiene a escuchar?

¡No te detengas, renuévate, retoma tu vida!

Necesito silencio, pero no este silencio:
necesito el silencio que está preñado de aire y espíritu
necesito el silencio que no me da la espalda
necesito tu silencio pero también tu atención…

No tengo más plan que recordar, aunque para hacerlo debo haber vivido
No tengo más plan que vivir, aunque vivir resulta peligroso
No tengo más plan

¿Te espero, entonces?
Sí, esperaré para que me digas qué escribir, qué contar
Esperaré para que no hables y me digas qué hemos vivido, nocturnos,
noctámbulos,
para que me ayudes a recordar

Date prisa, pero no pases; y mientras llegas cantaré

Canto al aire que me salva…



Elegía de una caricia
Sergio Pérez Portilla

Tomó sus cabellos y los pasó por detrás de su oreja, acariciándola, peinándola. Ella lloraba como lloran las rosas cada mañana, y a la vez sonreía, como sonríe el niño con su cómplice. No quería amar pero estaba amando. Sus ojos decían sí, su sonrisa decía sí, sus manos apretaban el pañuelo, como queriendo matarlo. ¿Qué te hace llorar, princesa, qué te hace llorar? Esa fue la primera vez que tomó su rostro entre sus manos, su cintura, sus palabras. Esa fue la vez que el pesar los hizo estar más cerca que nunca, pues nunca más estuvieron tan cerca.


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