jueves, 13 de diciembre de 2007

Unas cuantas ideas...

Escribí un correo a una amiga, y al final, a manera de despedida, quise escribirle algo más que un hasta luego. Cuando me di cuenta ya había escrito esto que ahora comparto para todos.

Diviértete lo más que puedas y enójate lo menos posible, pero no te diviertas sin cordura. Sueña y mantén las esperanzas a flote. Nunca entierres tus errores porque si lo haces no aprenderás de ellos. Sonríe al que te ofende, y abraza al que te ama. No cantes, mejor murmura una melodía con tu boca cerrada. No hagas caso de lo bueno que te digan que eres. La mitad de las veces te lo dicen en serio y la mitad no. Lo malo es que te crees la mitad que no deberías. Por el contrario, presta atención a todas las críticas que te hacen, porque todas tienen en su raíz algo de verdad, aunque sus hojas estén llenas de gusanos. Así como sonríes a tus amigos en lo secreto, sonríeles enfrente de todos. No te molestes en cultivar enemigos, ellos llegan solos.

Así como te alegra el sol, alégrate por la lluvia, que ambos son regalos del mismo Dios. Aprende a decir no cuando no quieras algo, cuando no estés de acuerdo o cuando simplemente tu conciencia te diga que es no. Aprende a decir sí aunque no todos estén de acuerdo, aunque no todos lo quieran y más cuando tu conciencia te diga que es sí. Discernir es el arte del sabio, decidir el del valiente y llorar el del sincero. ¿Y nosotros? Nosotros somos algunas veces sabios, otras valientes y otras sinceros, aunque algunas otras somos solo necios, cobardes e hipócritas. Pero nunca el mal ha vencido al bien, ¿por qué lo lograría en nosotros? No lo hará. Por mucho que nos equivoquemos, siempre quedará esa pequeña luz que es más fuerte que cualquier oscuridad.
Por último, ama, porque amar no es una opción, es la única forma en que puedes realizarte. Pero ten en cuenta que amar no se basa en un sentimiento, más bien los fundamenta todos y les da su pleno cauce: al odio y al temor los aniquila, y al servicio y la humildad los ennoblece. A la vergüenza la descobija y le pone un manto a la timidez. Al dolor lo santifica y lo vuelve entrega y compartir. Ama, pero nunca escondas tu amor por complacer a los demás. Ama y demuestra que amas a pesar de toda lengua, incluso de la tuya.

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