jueves, 10 de abril de 2008

Cambios


Esperanzas (1)
Sergio Pérez Portilla

Salvaje tierra de fino polvo y arbustos siempre secos, siempre secos. Alcanzo a ver cómo te extiendes kilómetros sin regalar un lugar de descanso, cómo abrigas alimañas y cómo juegas con el horizonte. Madrigueras y cuevas, serpientes solitarias sin sentido de pertenencia, viento incendiado que no refresca ni renace ni hace renacer. Nocturno imposible de siempres y nuncas, gélida oscuridad, llegas a los huesos y recuerdas viejas heridas mientras haces otras nuevas.
¡Levántate, si quieres vivir! ¡Alza tus brazos, despierta milenaria y baja tu calor diurno! Deja que renazca el viento y que refresque, abre tu vientre y permite que fluya la vida, vida para ti y para los otros, deja que fluya, que fluya, que corra, que fluya. Voltea al azul cielo y clama, no, invita, sí, invítalo a tu banquete de verdes y líquidos.
Suave tierra de finos musgos y arbustos siempre verdes, siempre verdes.


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