viernes, 14 de enero de 2011

Lugares

Lugares
Sergio Pérez Portilla

Está bien, veo que por fin me hablas con la verdad por delante. Es duro, pero lo prefiero a tu exceso de rodeos. Y como muestra de agradecimiento, también yo me sinceraré.
Sí, debo decirte que no estaba pensando en ti cuando te besé aquella noche, cuando después del paseo tomé tus manos y te vi a los ojos. No, no pensaba en ti. No eras tú quien ocupaba mis pensamientos cuando te dije que iríamos por todo tipo de senderos, avanzando y creciendo, pero siempre juntos. Es más, estabas tan lejos de mi mente y de mi corazón cuando sonreía contigo que me extraña recordarte en esos momentos.
En fin, todo tan simple como hacerte ver que las ocasiones en que dije te amo fueron cuando menos pensaba en ti. ¿Y sabes por qué? Porque la persona que estaba amando, aquella que estaba dentro de mí simplemente no existía. Pensé que eras tú, pero hoy me doy cuenta de que nunca te conocí. Creí que eras tú quien estaba en mis pensamientos, pero hoy que te veo como eres, sin máscaras ni escudos, caigo en la verdad: no eras tú a quien amé, a quien besé, por quien lloré y reí. No eras tú, aunque bien encontraste la manera de hacerte pasar por quien yo amé… por quien amo aún.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

vaya, cuanta sinceridad y que fuerte!! animo,
VO

Sergio dijo...

¡Hola Vo,qué gusto verte por acá!
¡Te mando un abrazo enorme!

Florecilla dijo...

sergioooooo!!!!
pasaba x aki y no pude evitar deternerme en este escrito que deja ver mucho el interior de un corazóncillo herido, pero que sabe amar... eso es lo rescatable y lo más valioso, eso te hace muy valioso!!!

Beso y abrazot

Sergio dijo...

Cecy!!!
Gracias por comprender y comprenderme! Lo que dices ahora me da luz y ganas!!! Seguimos en el camino!!!
Un abrazo!