jueves, 27 de noviembre de 2008

Además...

Todo lo escrito
Sergio Pérez Portilla

Hoy leí la carta que me enviaste las primeras vacaciones, ¿la recuerdas? La que escribiste con tu lapicero azul, el que tenía forma de todo, menos de lapicero. ¡Cómo me hizo bien volver a tenerla en mis manos! Tú sabes que la guardé mucho tiempo porque era mi tesoro. Pero me di cuenta de que de nada valía un tesoro, por inmenso que fuera, encerrado y por momentos olvidado. Así que la liberé de su prisión y la leí y la disfruté. Después me recosté para dejar volar mis ideas, e inventé muchos finales a nuestra historia.
Me doy cuenta de que no todo tiene que cambiar así como lo nuestro cambió. Hay situaciones que tienen que hacerlo, ser completamente diferentes. Pero hay muchas en las que no es necesario cerrar un ciclo, sino perfeccionar su camino. Elevarlo más que anudarlo. Sublimarlo más que enterrarlo.
Hoy la historia ya está contada. Sabemos el final. Lo sé y sin embargo, aunque no me gusta, no intento cambiarlo porque decidí y decidiste, y respetar lo que pasó es respetarnos a ambos.
¿Podría haber un tal vez? No lo sé. Sólo sé que todo lo que he escrito, todo lo escrito le da razón a mi disnea y luz a mi afasia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy emotivo!!!

es cierto, no siempre es necesario cerrar ciclos, pero es difícil identificar cuándo hay posibilidad de perfeccionar...

Ojalá q en vez de 1 "tal vez" haya 1 "sí" y se pueda realizar el mejor final de la historia...

El Señor guiará el camino!!

Cuidat

Sergio dijo...

Si lo escribo, lo hago entre tantas cosas por la esperanza. Sé que muchos esperamos un sí en lugar del tal vez. Ya el tiempo dirá.