domingo, 20 de enero de 2008

Oración...

Después de varios días sin subir nada, comparto otra vivencia-reflexión sobre la oración.

La oración, búsqueda y encuentro
Sergio Pérez Portilla

Los hombres continuamente buscamos a Dios. Lo buscamos incluso sin saber que es a él a quien perseguimos, sin saber que es él quien nos hace estar inquietos. Lo buscamos porque lo conocemos y por tanto sabemos que es en él y en nadie más en quien podemos encontrar reposo, calma, descanso, sostén, valor, amor, o porque lo desconocemos y por tanto andamos con un vacío enorme dentro y fuera de nosotros que no nos deja estar. Esta búsqueda es el comienzo de toda oración. Fuimos hechos para estar con Dios, para gozar de su presencia, pero nos hemos alejado de él comunitariamente, en primer lugar, e individualmente, en segundo. Ahora y por lo mismo lo buscamos en nosotros y en nuestra vida comunitaria. Así empieza, entonces, la oración: buscando a Dios.
Cuando lo encontramos el diálogo surge espontáneo, sin reservas: diálogo que a veces recrimina, a veces alaba, algunas veces pide y otras más agradece, pero es diálogo confiado. Poner lo que somos y tenemos en las manos del que ha creado todo, y ponernos nosotros en sus brazos añorando un abrazo eterno en el tiempo, eso es lo que brinda el encuentro, y eso es lo que brinda la oración. Ella es búsqueda, búsqueda, pero también encuentro. En la búsqueda peregrina, en el encuentro se detiene. Peregrina con un bastón y una maleta con nuestras penas y alegrías, y se detiene extasiada por la grandeza del que nos espera y sale donde nosotros para escucharnos, para escucharnos únicamente después de lanzarse a nuestro cuello y abrazarnos y llenarnos de besos (Lc 15, 20).
Búsqueda y encuentro, camino y hogar, aurora y mediodía. La oración no deja de ser silencio revelador, no cesa de ser manantial, no muere sin ser resurrección.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En esa búsqueda mutua, se dan esos encuentros, esos diálogos, esas estadías donde no hay mas que Dios y uno, donde todo tiene sentido, donde las cosas toman su razón de ser, donde el amor se manifiesta en su máximo esplendor,... resaltar esos momentos es digno, muy digno, gracias por compartirlo.

Un Tesoro: la oración

Sergio dijo...

Donde todo tiene sentido... donde el amor se manifiesta en su máximo esplendor. Tú lo has dicho. Compartir es dar vida, por eso lo hago. ¡Gracias!