Estoy seguro de que todos las hemos visto, las hemos tocado sin tocarlas, abrazado sin abrazarlas, escuchado sin oírlas. Para todas las sirenas del mar negro que nos hacen nadar en lo alto para después bajar y volar en la Tierra.
Sirena del mar negro
Sergio Pérez Portilla
Titilante dama de blanco, guía de marinos y de magos, musa de cantores y de poetas, y de poetas cantores, anhelo de polvos y de sueños. Tu edad no merma tu belleza, ni la noche tu serenidad. Mientras más oscuro mi camino, más tu presencia me llena y me da seguridad. ¿Cómo perderme si te sigo viendo, cuándo decidir por otra si eres tan cierta?
Preciosa y única entre tantas como tú, sólo como tú, pero nunca tú. Hoy despierto y te veo antes de que te adentres en la luz a descansar, y antes de que mi jornada termine vienes de nuevo y me sonríes y prometes velar mis sueños.
Pequeña frente a mí, enorme junto a mí, nunca dejes de visitarme y platicar conmigo. Platícame de mis hermanos, de mis amigos que no he visto, platícame de los tiempos que has contemplado y de los amantes que te ven con nostalgia pues les recuerdas al ser amado.
Platícame, sirena del mar negro, platícame mientras sigo dormido para que al oír tu voz sueñe contigo y al despertar te piense tan mía, tan mía…
Sirena del mar negro
Sergio Pérez Portilla
Titilante dama de blanco, guía de marinos y de magos, musa de cantores y de poetas, y de poetas cantores, anhelo de polvos y de sueños. Tu edad no merma tu belleza, ni la noche tu serenidad. Mientras más oscuro mi camino, más tu presencia me llena y me da seguridad. ¿Cómo perderme si te sigo viendo, cuándo decidir por otra si eres tan cierta?
Preciosa y única entre tantas como tú, sólo como tú, pero nunca tú. Hoy despierto y te veo antes de que te adentres en la luz a descansar, y antes de que mi jornada termine vienes de nuevo y me sonríes y prometes velar mis sueños.
Pequeña frente a mí, enorme junto a mí, nunca dejes de visitarme y platicar conmigo. Platícame de mis hermanos, de mis amigos que no he visto, platícame de los tiempos que has contemplado y de los amantes que te ven con nostalgia pues les recuerdas al ser amado.
Platícame, sirena del mar negro, platícame mientras sigo dormido para que al oír tu voz sueñe contigo y al despertar te piense tan mía, tan mía…
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