Esperanzas (2)
Sergio Pérez Portilla
Me senté en una piedra grande y vieja que estaba a un lado del río. Hacía frío, y mi chamarra verde y gruesa no alcanzaba a brindarme el calor suficiente. Miré mis botas y las vi gastadas. Vi la hora y comencé a esperar…
Cada día camino por mucho tiempo, a veces conozco mi destino y otras simplemente peregrino. Pensaba hace poco establecerme en una aldea, grande y hermosa, con árboles y con mucha gente de rostro amable, pero sentí la necesidad de seguir andando. Tomé al amanecer mis pocas pertenencias y seguí bosque adentro.
Mientras avanzaba, recordé las palabras que dijo un sabio hombre con aliento alcohólico: es bueno saber esperar. Claro, lo decía por la fermentación de las frutas que le permitían deleitarse abundantemente, pero mi espíritu supo leer la verdad que estaba en sus palabras.
En esta piedra estaré unos momentos, esperando. Después, después caminaré y descansaré, saludaré a quienes vea y pensaré en los que no, oraré por ambos. Y cuando tenga que esperar, lo haré sin excusas. Siempre habrá buenas piedras donde pueda sentarme, ver la hora, y comenzar.
Sergio Pérez Portilla
Me senté en una piedra grande y vieja que estaba a un lado del río. Hacía frío, y mi chamarra verde y gruesa no alcanzaba a brindarme el calor suficiente. Miré mis botas y las vi gastadas. Vi la hora y comencé a esperar…
Cada día camino por mucho tiempo, a veces conozco mi destino y otras simplemente peregrino. Pensaba hace poco establecerme en una aldea, grande y hermosa, con árboles y con mucha gente de rostro amable, pero sentí la necesidad de seguir andando. Tomé al amanecer mis pocas pertenencias y seguí bosque adentro.
Mientras avanzaba, recordé las palabras que dijo un sabio hombre con aliento alcohólico: es bueno saber esperar. Claro, lo decía por la fermentación de las frutas que le permitían deleitarse abundantemente, pero mi espíritu supo leer la verdad que estaba en sus palabras.
En esta piedra estaré unos momentos, esperando. Después, después caminaré y descansaré, saludaré a quienes vea y pensaré en los que no, oraré por ambos. Y cuando tenga que esperar, lo haré sin excusas. Siempre habrá buenas piedras donde pueda sentarme, ver la hora, y comenzar.
5 comentarios:
Como la mayoría de lo que escribes: clap clap clap! (efecto aplausos). Hablando de esperar, espero mi flor de mañana ;0)
Pues soy Paola de la escuela de evangelizacion de Rafael Guizar, tal vez no te acuerdas de mi, entré a tu blog desde el de irwing y estuve leyendo como cuatro o cinco de los escritos que tienes aqui y algunos me gustaron mucho, asi que me gustaria dejarte un pequeño comentario, creo que tienes un don para escribir y una gracia para predicar, no nos vemos mucho pero cuando lo hacemos siempre me transmites una especie de serenidad muy grata y creo que tienes razón hay que saber esperar y sabes que es lo mejor? el camino de la vida esta lleno de piedras para que a su paso si es necesario podamos descansar, detenernos un momento y por que no reconsiderar,creo que te encuntras en una etapa de tu vida en la que crees haber esperado y encontrado y eso es bueno, lo unico que yo podria decirte que es que sigas con tu labor, el seguir los ideales es lo uno que nos puede llenar, de felicidad, de satisfaccion, de alegria, solo Dios puede juzgar que tan buenos o malos son nuestros actos pero mientras estos nos hagan sentir plenos siempre tendremos la conviccion de que lo estamos haciendo bien.
te deseo lo mejor, te mando un saludo y un gran abrazo.
Gracias mar por tu comentario, siempre es alentador escuchar que a otro le gusta lo que uno hace. Espero que me sigas leyendo.
Paola, claro que me acuerdo de ti. También te agradezco que compartas tu impresión conmigo. Otro saludo y abrazo, pero ahora desde acá.
muy bueno el escrito, es verdaderamente interesante...
bueno solo pasaba y vi,
suerte!
¡Gracias mikitah! Cuando gustes volver por aquí, ten en cuenta que es tu casa. ¡Saludos!
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