Viajero
Sergio Pérez Portilla
Derribé la mitad de mis creencias y destruí un tercio de mis recuerdos, y por la noche guardé en una bolsa las hojas y los sueños, todo con la intención de volver a empezar. Caminos agrestes pueblan los mapas. No me importa. Recorreré lo que deba recorrer, pues voy confiado, y sé que en mil años seré recordado. A veces me cansaré, pero sacaré de la bolsa, que colgué en mi hombro, un sueño y una hoja. El sueño iluminará el camino y mi rostro, la hoja recibirá mis nuevos recuerdos.
Todos los días veré mis manos, y cuando estén tristes las besaré como mi madre besaba mi frente. Cada tarde me comprometeré con el sol poniente, haré una cita con él para cuando regrese. Y cuando llegue al final del viaje, saludaré a todos los que estén esperándome, les daré un fuerte abrazo, una cálida sonrisa, y sabré que todo valió la pena.
Sergio Pérez Portilla
Derribé la mitad de mis creencias y destruí un tercio de mis recuerdos, y por la noche guardé en una bolsa las hojas y los sueños, todo con la intención de volver a empezar. Caminos agrestes pueblan los mapas. No me importa. Recorreré lo que deba recorrer, pues voy confiado, y sé que en mil años seré recordado. A veces me cansaré, pero sacaré de la bolsa, que colgué en mi hombro, un sueño y una hoja. El sueño iluminará el camino y mi rostro, la hoja recibirá mis nuevos recuerdos.
Todos los días veré mis manos, y cuando estén tristes las besaré como mi madre besaba mi frente. Cada tarde me comprometeré con el sol poniente, haré una cita con él para cuando regrese. Y cuando llegue al final del viaje, saludaré a todos los que estén esperándome, les daré un fuerte abrazo, una cálida sonrisa, y sabré que todo valió la pena.
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