Abrazos y consejos
Sergio Pérez Portilla
Descansa, pequeño, y trata de soñar con castillos de tu tamaño, con dragones siempre vencidos, con caballos blancos de crines largas y patas veloces. Dejaré encendida una luz muy tenue, no temas a las sombras, son sólo eso; estaré escuchando atento por si necesitas un abrazo o por si olvidas dónde estás.
Tu madre velará tu sueño desde allá arriba, ¿lo recuerdas? Te dijo que nunca olvidaras que estaría viéndote crecer, jugar y dormir. ¿Ya tienes pensado qué haremos mañana? Bien, no importa, ya sabes que siempre podremos inventar algo. Te quiero, pequeño. Dile buenas noches a papá Dios. Anda, ahora métete debajo de la cobija y tápate bien, que hace frío. Hasta mañana.
miércoles, 26 de marzo de 2008
De un padre
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