Cielo y mar
Sergio Pérez Portilla
Me pregunto si el cielo sabe que lo espío, cada mañana, cuando despierto y apenas puedo vivir. Aves, las aves, las alegres aves. Blanco paz, blanco esperanza, blanco pureza; azul profundo, azul elegante, azul de lejos, azul cielomar. En algún lugar se unen los quiméricos seres aéreos y las ancestrales criaturas marinas. Al cielo lo espío, y al mar le digo lo que alcanzo a ver. El mar, por cierto, que está a unos pasos de mi puerta, a unos metros de mi mano, a unos susurros del tal vez. El mar salado que endulza mis horas, que mece mi barca y que escribe conmigo. El mar que sabe leer.
Y sigo preguntándome si el cielo sabrá que lo espío, cada tarde también, cuando vuelvo del mar y apenas puedo entender.
Sergio Pérez Portilla
Me pregunto si el cielo sabe que lo espío, cada mañana, cuando despierto y apenas puedo vivir. Aves, las aves, las alegres aves. Blanco paz, blanco esperanza, blanco pureza; azul profundo, azul elegante, azul de lejos, azul cielomar. En algún lugar se unen los quiméricos seres aéreos y las ancestrales criaturas marinas. Al cielo lo espío, y al mar le digo lo que alcanzo a ver. El mar, por cierto, que está a unos pasos de mi puerta, a unos metros de mi mano, a unos susurros del tal vez. El mar salado que endulza mis horas, que mece mi barca y que escribe conmigo. El mar que sabe leer.
Y sigo preguntándome si el cielo sabrá que lo espío, cada tarde también, cuando vuelvo del mar y apenas puedo entender.
2 comentarios:
Bueno, ya! Si sigues escribiendo así no podré controlar mi vicio de leerte.
Atte.
Tu fan, la #1
Gracias por hacerme tu cielo, gracias por tenerme por mar.
Hola "anónima" (¡te conozco!). No espero ser tu vicio, pero sí me gustaría que me tuvieras siempre presente.
Gracias a ti por leer estas vivencias "apalabradas", ¿sabes? Todo mundo necesita un cielo y un mar, y este Mundo de palabras no es la excepción.
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