martes, 11 de noviembre de 2008

De regreso


La memoria de los vientos
Sergio Pérez Portilla

Cuelga de mi ventana la mañana con listones color belleza, y me parece ver a través de ella un pequeño persiguiendo vientos con su sonrisa, y para mi sorpresa los alcanza, los toma entre sus ojos y luego los libera, y son más libres de lo que antes eran. Viento entre sus ojos.
En un arrebato más bien ingenuo me levanto y salgo, y ya fuera comienzo a buscar al infante. Lo veo a lo lejos, persiguiendo ahora un par de nubes. Va montado en sus sueños y es imposible alcanzarlo. Por un momento me siento, no sé, extraño. Levanto mi mirada y veo que el viento juguetea entre los árboles y después se esconde, pero vuelve a salir y ahora juega con las mariposas y las aves.
Quizá nunca me he atrevido a ir más allá, pienso, a ser más yo por mí que por los demás, pero siempre más yo para ellos que para mí. He hecho demasiadas cosas mal. Entonces preparo mi sonrisa para ir a perseguir vientos, de los que siempre me dijeron que nadie podría alcanzar. Pero yo he visto al niño alcanzarlos con tanta facilidad, que mi corazón me dice que yo también puedo. Quiero correr pero sólo me salen dos pasos y me detengo. Otra vez el ayer. Mis ojos se humedecen, pero recuerdo los del pequeño, los que tomaron al viento, y mis manos dejan de apretar mis anhelos, se abren y me siento de nueva cuenta animado, no sé, me siento feliz.
Ahora no sólo quiero correr, ahora no sólo son dos pasos, ahora mis ojos están preparados, ¡estoy corriendo tras los vientos!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

corriendo tras los vientos...
que bonita frase... me gustho mucho, a vcs me siento asi... con ganas de ir mas alla... de acr las cosas q yo creo que no puedo y no me animo a hacerlo... veo a muchos q lo logran pero n}no quieo intentarlo yo...

pero ya quiero correr tras los vientos
Dios te Bendiga Sergio
gracias por todo...

Sergio dijo...

Seguro que muchos piensan que es una pérdida de tiempo. De hecho, eso de perseguir vientos es una frase bíblica para decir que se desperdicia. Pero yo no estoy de acuerdo, porque para mí perseguir vientos es, como dices, intentar alcanzar lo que hay más allá.