Libertad
Sergio Pérez Portilla
A los pocos días de haber nacido, la canción sigue llenando la casa. Es eco de almas y cuerdas, sonrisa de los cuatro vientos y soledad ausente, es inspiración y suspiro casi invisible, casi incoloro, casi eterno. Antes de que el veneno baje por mi garganta deseo escribir otra canción. Antes de que mis entrañas dejen de conmoverse, antes, mucho antes de que la tierra me reciba, antes de que la noche sea eterna, quisiera escuchar las melodías de la pródiga sensación de bienestar.
¿Qué etéreos momentos te convencieron de la mentira? Derribemos sus murallas caminando alrededor de la prisión. Liberemos la verdad, para que la verdad nos haga libres, pues sólo libres es que podemos cantar, celebrar, regocijarnos sin miedos.
Sergio Pérez Portilla
A los pocos días de haber nacido, la canción sigue llenando la casa. Es eco de almas y cuerdas, sonrisa de los cuatro vientos y soledad ausente, es inspiración y suspiro casi invisible, casi incoloro, casi eterno. Antes de que el veneno baje por mi garganta deseo escribir otra canción. Antes de que mis entrañas dejen de conmoverse, antes, mucho antes de que la tierra me reciba, antes de que la noche sea eterna, quisiera escuchar las melodías de la pródiga sensación de bienestar.
¿Qué etéreos momentos te convencieron de la mentira? Derribemos sus murallas caminando alrededor de la prisión. Liberemos la verdad, para que la verdad nos haga libres, pues sólo libres es que podemos cantar, celebrar, regocijarnos sin miedos.
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