Palpitante
Sergio Pérez Portilla
¡Estoy feliz! Si me vieras te divertirías muchísimo con mis sonrisas de la nada, con mis ojos que, volteando a la izquierda, recuerdan cada momento que hemos estado juntos. ¿Cómo podría no sentirme así, si tú me has llenado de amor y bendición? ¿Quién puede decir que ha valido la pena esperar, sino el que ha visto su paciencia recompensada? ¡Y yo hoy tengo tantas ganas de gritar que valió la pena esperar por ti, que, al conocerte, podría empeñar mil días más, con tal de que, como hoy, al final siempre llegaras. Pero qué bueno que lo has hecho ya, qué bueno es mi Dios que me recompensa contigo como si de verdad lo mereciera.
Y es que tan sólo escuchar tu voz me embelesa, verte me arroba, besarte me cautiva, abrazarte me seduce, tu presencia me arrebata. Río, porque me siento tan enamorado, que las flores cantan, el viento –el viento que siempre me ha gustado– me dice que es verdad, los árboles se mueven y danzan para nosotros dos, pajes en este vals.
Ven, déjame abrazarte de nuevo, déjame sentir otra vez esa inquietante caricia tuya, déjame saberme feliz contigo.
Sergio Pérez Portilla
¡Estoy feliz! Si me vieras te divertirías muchísimo con mis sonrisas de la nada, con mis ojos que, volteando a la izquierda, recuerdan cada momento que hemos estado juntos. ¿Cómo podría no sentirme así, si tú me has llenado de amor y bendición? ¿Quién puede decir que ha valido la pena esperar, sino el que ha visto su paciencia recompensada? ¡Y yo hoy tengo tantas ganas de gritar que valió la pena esperar por ti, que, al conocerte, podría empeñar mil días más, con tal de que, como hoy, al final siempre llegaras. Pero qué bueno que lo has hecho ya, qué bueno es mi Dios que me recompensa contigo como si de verdad lo mereciera.
Y es que tan sólo escuchar tu voz me embelesa, verte me arroba, besarte me cautiva, abrazarte me seduce, tu presencia me arrebata. Río, porque me siento tan enamorado, que las flores cantan, el viento –el viento que siempre me ha gustado– me dice que es verdad, los árboles se mueven y danzan para nosotros dos, pajes en este vals.
Ven, déjame abrazarte de nuevo, déjame sentir otra vez esa inquietante caricia tuya, déjame saberme feliz contigo.
4 comentarios:
Hola
que lindo saberte contento
sigo expresando que
tienes un don maravilloso
para escribir
nunca dejes de hacerlo
porque hay muchas bendiciones
del Señor que nos inspiran para
hacerlo...
cuidate y
que diosito de bendiga!!
Hola! Imagino quién eres, es más, estoy casi seguro.
Te agradezco, yo seguiré intentando compartir textos que sean de su agrado.
Un abrazo!
Sergio.
Quien soy? segun tu
¡Hola!
¿Viste cómo supe quién eras? Jajjaj. Nos vemos pronto, me dijiste que hoy, a ver si es cierto.
¡Un abrazo!
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