Desconcierto
Sergio Pérez Portilla
Hiciste de la luna morada de nuestros sueños, memoria de nuestros besos y candil de nuestros paseos. Recuerdo nuestras caminatas vespertinas cuando, tomados de la mano y con risitas tiernas, me dabas golpecitos y yo te devolvía un abrazo, y te cargaba y juntos bailábamos en el aire y luego, no estoy seguro de quién tomaba la iniciativa, pero respondíamos al beso del otro. Creo que nacía de los dos al mismo tiempo cuando nuestros ojos se atrevían a hablar y nuestras voces callaban.
Hablábamos de lo lejos que viajaríamos y de lo cerca que estaríamos siempre. Hablábamos de nosotros, no de ti ni de mí. Hablábamos de la flor y de los retos.
Hoy la luna sigue hermosa, pero ya no es casa habitada ni testigo ni cómplice. Hoy ya no bailo en el aire ni beso como antes. Hoy ya no estás. Y por eso no me gusta hablar de distancias porque sólo conozco la tuya. Y no me pesa la soledad, lo juro. Me pesa el que tú no estés aquí. El silencio que llenabas con tu perfume hoy se llena con pesares, y las flores se marchitan esperando que vuelvas, cosa que nunca, estoy seguro, nunca harás.
Sergio Pérez Portilla
Hiciste de la luna morada de nuestros sueños, memoria de nuestros besos y candil de nuestros paseos. Recuerdo nuestras caminatas vespertinas cuando, tomados de la mano y con risitas tiernas, me dabas golpecitos y yo te devolvía un abrazo, y te cargaba y juntos bailábamos en el aire y luego, no estoy seguro de quién tomaba la iniciativa, pero respondíamos al beso del otro. Creo que nacía de los dos al mismo tiempo cuando nuestros ojos se atrevían a hablar y nuestras voces callaban.
Hablábamos de lo lejos que viajaríamos y de lo cerca que estaríamos siempre. Hablábamos de nosotros, no de ti ni de mí. Hablábamos de la flor y de los retos.
Hoy la luna sigue hermosa, pero ya no es casa habitada ni testigo ni cómplice. Hoy ya no bailo en el aire ni beso como antes. Hoy ya no estás. Y por eso no me gusta hablar de distancias porque sólo conozco la tuya. Y no me pesa la soledad, lo juro. Me pesa el que tú no estés aquí. El silencio que llenabas con tu perfume hoy se llena con pesares, y las flores se marchitan esperando que vuelvas, cosa que nunca, estoy seguro, nunca harás.
5 comentarios:
ha! qe booniito!!!!!!!jjejeje me gusta!!! todo!!! buenoo noo muchoo lo del final porqee esta como qee un poco triste!!
pero lo primero estuvoo geneal!!!...lo del beso !!! valla, "encanto"(esa palabra imaginatela como qe la hubiera dicho con ternura!!!jajaj)adiós te ckiero loco pasate por el metro zas?? byye...
vo*
¡Sí, es triste el final! Y si te contara todo lo que pensé, más triste sería. Pero bueno, gracias por seguir leyendo estas palabras, y gracias por ser tan genial conmigo. ¡Un abrazo! Nos vemos pronto.
PD. Ya pasé por tu metro y no tienes nada nuevo. Paso después.
Sergiooo?????
Ay mijooo, quien quiere azul celeste que le cueste?
Lo has oido???
Nunca es demasiado tarde
para tomar aire, armarse
de valor, suspirar y entonces
hablar con la verdad!!
hazlo!!!
Llamele!!!
jajaja
cuidate amigo ciao
p.d. nunca,,, es una plabra que no existe...
oiga amiiigo
necesitas pasar por mi metro
ohhhhh myyy Goooddd!!!
jajajajaj
Así es el amor, ¿o no? Jaja. Gracias, un saludo.
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