Días oscuros
Sergio Pérez Portilla
Jamás me había hecho tanto daño ver la luna como en esta noche, tan plena, tan blanca, tan pura. La desazón me embarga, y de hecho se va llevando con cada segundo un poco de la perfecta simpleza de estar junto a la persona indicada. Antes me perdía en la luna, pero al menos ella es mensurable; hoy me pierdo en el espacio infinito, y sé que ahora sí estoy en problemas. Me han recordado que mis actos y yo somos contingentes, pero se les olvidó decir que desde que existo dejé de ser una posibilidad, y soy una realidad, un ser que influye, que crea y destruye, que co-incide.
Me han vuelto un proscrito, pero la historia lo ha enseñado: se está donde se pertenece, no donde existe el confinamiento. Y yo pertenezco a tu mundo, no a esta prisión con rejas imaginarias, con límites que ha impuesto la palabra. No sé cuánto tiempo pasará, pero tengo toda mi vida dispuesta a que se dé el momento justo de verte y decirte lo que en realidad eres para mí.
Allá va la luna, y sigue hinchada de sano orgullo, y sigue reflejándose en el mar, en las ventanas, en sus ojos, en la sonrisa de niña que vive en su rostro. Allá va y me sigue haciendo daño.
Sergio Pérez Portilla
Jamás me había hecho tanto daño ver la luna como en esta noche, tan plena, tan blanca, tan pura. La desazón me embarga, y de hecho se va llevando con cada segundo un poco de la perfecta simpleza de estar junto a la persona indicada. Antes me perdía en la luna, pero al menos ella es mensurable; hoy me pierdo en el espacio infinito, y sé que ahora sí estoy en problemas. Me han recordado que mis actos y yo somos contingentes, pero se les olvidó decir que desde que existo dejé de ser una posibilidad, y soy una realidad, un ser que influye, que crea y destruye, que co-incide.
Me han vuelto un proscrito, pero la historia lo ha enseñado: se está donde se pertenece, no donde existe el confinamiento. Y yo pertenezco a tu mundo, no a esta prisión con rejas imaginarias, con límites que ha impuesto la palabra. No sé cuánto tiempo pasará, pero tengo toda mi vida dispuesta a que se dé el momento justo de verte y decirte lo que en realidad eres para mí.
Allá va la luna, y sigue hinchada de sano orgullo, y sigue reflejándose en el mar, en las ventanas, en sus ojos, en la sonrisa de niña que vive en su rostro. Allá va y me sigue haciendo daño.
4 comentarios:
Hay cosas que sin lugar a dudas nos lastiman, entre ellas, la espera de la llegada o del regreso... pero siempre hay un dia nuevo para creer y sonreir....
Siempre hay una sonrisa de un niño que nos recuerda no desfallecer, Hay una mano amiga que te alienta a seguir, hay vientos que te susurran que aguantes un poco.... pero cuando llegue el momento indicado sepas actuar....
Trankilo.... todo estara bien, todo estará como deba estar porque el Señor, siempre sabe como mover sus piezas....
Animo! Sonrie, siempre sonrie.
Ya sabes que aki tienes una amiga,
a la que le debes un punguino pero buenoo... por los amigos que no se hace
Cuidate , tqm un besote
ahhh!! y vcomo va mi lista!!!?? jajaja
¡Hola Pat! La lista va, mmmm, a quién engaño, no la he hecho. ¡Perdón! Jajajaja.
Bueno, de todos modos le agradezco infinitamente sus palabras, y sabe que uno está tranquilo, así es la vida, ¿o no? ¡Vamos hacia adelante y hacia arriba, aunque haya que tomar vuelo!
¡Un abrazo!
nunca me habia hecho tanto daño ver la luna...
si... siempre esperamos a q algo pase, suceda, venga o se presente...
y la angustia es mortal..
pero cuando pasa, sucede, viene y /o se presenta...
cambia radical..
y hay q segui adelante para logras q suceda jiji
chido sergio...
y esa frase la escuche antes jijij
q genial
Diego: sí, de hecho la escuchaste justo cuando se me ocurrió, jajaja. ¡Genial!
Oye, pues no dejes de pasar por acá, ¿sale?
¡Nos vemos pronto!
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