viernes, 24 de septiembre de 2010

Acasos

Acasos
Sergio Pérez Portilla

¿De qué me conoces, guirnalda, dónde nos hemos visto que no te recuerdo? Si vivías en el interior de mis deseos, permíteme decirte que he purgado cada uno de mis añejos anhelos, y conseguí los que eran alcanzables, mantengo los que seguro me harán bien, pero he alejado los que sólo me lastimaban.
¿Nos conocimos, acaso, o sólo coincidimos muchas veces? ¿Nos dijimos quiénes éramos o sólo hablamos para sortear el silencio que incomoda a dos extraños que se tienen que ver a los ojos? ¿Alguna vez me escuchaste y luego yo a ti, o simplemente escuchamos lo que nos convenía de las palabras del otro? ¿Nos tomamos de la mano haciéndola extensión de la intención y del corazón, o únicamente aprisionamos la libertad ajena? ¿Al saber de nuestras diferencias de pensamientos y formas de sentir, quisimos aceptarnos y comprendernos, o exigimos el cambio del otro, violentando su ser y viviendo el egoísmo?
No, no te recuerdo. Quizá alguna vez compartimos una ilusión, pero si sólo fue eso, entonces nunca tuvimos nada real, nunca hubo un nosotros…

jueves, 9 de septiembre de 2010

Conmigo, sin ti

Conmigo, sin ti
Sergio Pérez Portilla

Ha pasado mucho tiempo, los aguaceros vinieron a visitarnos a la ciudad y luego se fueron, y la luna murió y volvió a nacer tantas veces que me perdí en los arrullos de las cantoras de las sombras. Mucho tiempo ha pasado pero aún no tengo noticias de ti. Sé únicamente lo que el recuerdo me dice, y he ido olvidando lo que nunca pasó, lo que queríamos que pasara. El tiempo hace firmes las decisiones.
Si cuento tu partida, es para volver a sentirte aquí, aunque luego me desangre por las palabras cuando diga que esa fue la última vez que te vi. Eres más lejana a mi vida cada día, y eres más cercana al ayer eterno que al presente sin fin que juntos quisimos trazar. ¡Todavía recuerdo tu nombre!
No hay adiós que borre la historia, que cambie el presente, que se proyecte al futuro. Todo adiós hace resaltar lo bueno y olvidar lo malo da la vida común, aunque sea por un instante, y a eso le llaman duda. No, la duda es otra cosa, la duda no está en el corazón, sino en la cabeza, y no la quita el tiempo sino el conocimiento. Eso que llaman duda es en realidad miedo, miedo al cambio, a la soledad, al fracaso.
Te conozco y no te espero, sé que nunca has de volver, sé que pasará un buen tiempo antes de volverte a ver.

Estarás

Estarás
Sergio Pérez Portilla

Lloverán estrellas, volarán los sueños, rozará el mar tus tobillos y la arena dibujará tus pisadas junto a las mías. Será un escondite tu corazón, pues allí irá mi deseo, y en tu vientre depositaré mis esperanzas revestidas de batallas en las nubes. Te amaré haciéndome viento que te permita elevarte y disfrutar de tu ser. Acariciaré tus hombros con mi aliento y veré cómo me sonríes nerviosa y sincera.
Tu fe hará naufragar mi soberbia, tu perdón derrumbará mi egoísmo, tus ojos brillarán como hojas repletas de rocío, tus manos sanarán mi piel con su caricia. Te pediré que seas la flor que perfume mi vida, la brisa que me avive en las tardes, la ventana que me permita ver el Sol que nace de lo alto.
Estarás junto a mí y escucharás mis desvaríos, y luego tú me contarás historias, historias de campos y de castillos. Estarás junto a mí, y todo será nuevo.