viernes, 30 de julio de 2010

Que vuelva

Que vuelva
Sergio Pérez Portilla

Dios quiera que vuelva el sol de debajo de los mares, de detrás de los cielos, de más allá del atardecer, pues allá ha sido llevado por la capa negra de la soledad, sangrando sobre las aguas y dejando vestigios de su canción.
Dios quiera que regrese el minuto que antecede al mañana, y deje un pasado para el hoy y un ahora para el después, cumpliendo así con la esperanza, haciéndola experiencia concreta de amor, igual de cierta pero más tangible y menos lejana.
¿Y para qué han de volver el sol y el minuto? ¿Para vivir el ayer? No, pues eso sería tener el mismo vivir, sin crecimiento de ninguna forma. No, que vuelvan, pero recién nacidos, renovados y renovantes. Así, con el conocimiento de lo vivido podría atreverme a pedirle al Creador que me permitiera corregir mis errores. No borrarlos, sino aprender de ellos. Corregir es trabajar con el error, hacerlo herramienta de madurez.
Dios quiera que vuelva el sol, a su debido tiempo, y que vuelva el minuto, en su justo lugar.

Leyendas

Leyendas
Sergio Pérez Portilla

Ayer le hablé de tus ojos a las mariposas, y ellas volaron entre las flores, elevándose con gracia y dejando que los rayos del sol las acariciaran. De un lado a otro, de segundo en segundo, de nota en nota, así hicieron música visible.
Fueron poesía las frutas del jardín cuando, muy cerca de ellas, susurré que tu piel es suave como la brisa que nace cerca de la cascada. Fueron poesía que mis manos pudieron tocar.
Por la noche, las estrellas colorearon el cielo con sus mechones, y pude escuchar desde la pequeña piedra en donde sentado estaba, pensando en ti, la grandeza del infinito. ¡Pude ver el infinito!
Y hoy que estás delante de mí, me doy cuenta de que la música que veo a través de tus ojos, que la poesía que tu piel me dicta cuando la recorro, que la grandeza de pensar en lo poco que hemos vivido y lo mucho que tenemos por vivir sólo tienen sentido cuando me dices que me amas, porque ahí se une tu sentir con el mío, mi pensamiento con el tuyo, el ahora con el será, ahí se unen, seguras de sí, nuestras vidas mismas. Es ahí donde el beso deja de ser una trivialidad y se convierte en la manifestación del corazón.

viernes, 9 de julio de 2010

Que te amo

Que te amo
Sergio Pérez Portilla

Sabrás que te amo, no lo dudes. Aunque no esté a tu lado, aunque la noche llegue y los días pasen, sabrás que te amo porque esto no es un sentimiento solamente, es una decisión que he tomado en libertad, buscando tu felicidad y viviendo la mía. Me encanta verte feliz, me fascina tu andar despreocupado y tu mirar distraído por lo que no es importante.
Sabrás que te amo porque, aunque mi voz no la escuches ni mi canto llegue a ti, ni mi perfume llene tu habitación, he decidido amarte y demostrártelo con todo lo que tengo y con todo lo que no. Si tan sólo pudiera regalarte el mañana, ese sería mi testimonio.
Alguien me dijo que estoy enamorado, y yo no pude sino sonreír y decirle que sí, que he conocido a la mujer que me gustaría abrazar por el resto de mis pasos, a la que me gustaría escuchar mientras pueda, ver mientras el Señor me preste luz, con quien podría soñar todos los días y despertar pensando que la veré.
Sabrás que te amo, ten por seguro que lo sabrás.