miércoles, 25 de noviembre de 2009

Implicaciones

Implicaciones
Sergio Pérez Portilla

Anoche abrí mis cortinas, y la luz de la luna, hermosa dama nocturna, artífice de mareas altas y de cantos y de poemas, esa luz entró en mi casa. Era luna plena. La abracé con la mirada, a la blanca luna, y me maravillé de su piel. La recorrí con denuedo, intenté aprenderla con los ojos cerrados, y cerrados los ojos la besé con mis sueños.
Pasaron horas, brisas también, frescura del sereno, rocíos del amanecer, y la luna seguía bella iluminando y haciendo florecer anhelos, y mil oraciones fueron dichas y escuchadas mientras yo saboreaba su plenitud.
Mi ventana fue el marco, el cielo lienzo, y el Creador el artista que plasmó de manera excepcional su destreza y su sabiduría, su amor y su algarabía en la plena luna de noviembre. Ya vendrá el día, pero la luna no se irá: será luna matutina, luna de mañana, luna vespertina, luna de mi mañana.

viernes, 20 de noviembre de 2009

danza


Movimientos
Sergio Pérez Portilla

Somos la danza del Padre en la creación. Nuestra vida ha de ser danzada.
Juan Dingler, SJ


Toda la creación danza y toda la danza es creación constante, coreografías e improvisaciones, sonidos del alma que se escuchan a través de los pies, anhelos del corazón que se manifiestan en brazos y en el cuerpo entero. A veces clara y otras sucia, a veces calma y unas más energía desbordante, radiantes colores vivos, oscuros colores serios, pero nadie puede negar que la entrega es similar al nacer en cada paso, en cada movimiento, en cada silencio, es un despertar continuo, constante, es un recordar el futuro, un imaginar el pasado, un proyecto presente.
La danza es virtud y constancia, historia de gigantes, agradecimiento por la maravilla, ilusión por lo que se vive, vida por la que se muere.
La danza ha comenzado, pero ya no terminará, danzamos y danzaremos, hoy aquí, mañana frente al que hizo que la creación danzara. La danza ya no terminará.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Constancia

Constancia
Sergio Pérez Portilla

Hola mujer ausente, te saludo aunque no estés, aunque no te vea frente a mí ni sienta tu respirar cerca de mis labios. Quiero dejar constancia de que te pienso mucho cuando no estamos juntos, de que te extraño como se extraña lo que nada puede sustituir, lo que nada puede hacer olvidar.
Te quiero y por eso estás en mi mente y en mi corazón, y por eso al no tenerte una suerte de intranquilidad me recorre y me aprisiona. Pero sé que me quieres y eso basta para romper cadenas, para vencer desvelos, para anhelar verte más y más.
Mujer ausente, voy a dejar que te veas a través de mis ojos, y verás por qué te escribo aunque no estés. Y voy a robar los tuyos, tus ojos claros, y me voy a ver a través de ellos, para poder responderme qué viste en mí que te hizo querer estar conmigo.
Me despido, mujer ausente, me despido porque sé que pronto te veré, y ya no te extrañaré, porque me plantaré frente a ti, te besaré y sentiré tu respirar cerca de mis labios, y simplemente te amaré.

martes, 17 de noviembre de 2009

Pretérito


Pretérito
Sergio Pérez Portilla

Si alguna vez la prudencia me falla y te robo un beso al verte en la calzada, perdona mi atrevimiento y comprende que tu boca es hechizo que convoca mis delirios, es canto de sirena y yo un inquieto navegante que ha anhelado el paraíso.
Si alguna vez mis brazos te atraparan y no te quisieran soltar, perdona el hecho de que sólo en ti haya encontrado el detalle seguro, en tu talle perfecto, sinuoso camino digno de explorar, maderas lozanas de olor otoñal.
Si alguna vez llega a tu habitación un canto errabundo, no te inquietes, será la música que me inspiraste aquella mañana que nos conocimos, aquella noche en que me diste tu mano, aquella tarde en que reímos y callamos sentados mientras la luz se perdía, cuando quise perder la prudencia y besarte, cuando quise atraparte en mis brazos, cuando me di cuenta de tu belleza, de tu fragancia y de la historia de tu mirar.
Si al menos por una vez…

martes, 10 de noviembre de 2009

Entre frases y silencios

Entre frases y silencios
Sergio Pérez Portilla

Érase que se era una noche de noviembre, noche de luna llena y de recuerdos de juventud. Había en esta noche miles de fragancias y de sonidos, cuya manifestación envolvía las calles, desiertas ya, y las pintaba de ilusión. Había también una pareja que caminaba entre frases y silencios. Ella, linda flor de las montañas que avanzan junto al tiempo mas no con el espacio, montañas concatenadas, cordilleras de un castaño oscuro sin igual. Él, viento que visita y que se va, algunas veces caricia, otras tempestad.
Y entre frases y silencios caminaba la pareja. Luego las frases, prudente y discretamente, se retiraron y el silencio creció diciendo más que cualquier ronda, declaración, libro o imaginación. Y en el silencio que crecía el beso nació, beso de ella a él, beso de él a ella. Beso entre el viento y la flor, beso entre el pasado y el hoy.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Sin más


Palpitante
Sergio Pérez Portilla

¡Estoy feliz! Si me vieras te divertirías muchísimo con mis sonrisas de la nada, con mis ojos que, volteando a la izquierda, recuerdan cada momento que hemos estado juntos. ¿Cómo podría no sentirme así, si tú me has llenado de amor y bendición? ¿Quién puede decir que ha valido la pena esperar, sino el que ha visto su paciencia recompensada? ¡Y yo hoy tengo tantas ganas de gritar que valió la pena esperar por ti, que, al conocerte, podría empeñar mil días más, con tal de que, como hoy, al final siempre llegaras. Pero qué bueno que lo has hecho ya, qué bueno es mi Dios que me recompensa contigo como si de verdad lo mereciera.
Y es que tan sólo escuchar tu voz me embelesa, verte me arroba, besarte me cautiva, abrazarte me seduce, tu presencia me arrebata. Río, porque me siento tan enamorado, que las flores cantan, el viento –el viento que siempre me ha gustado– me dice que es verdad, los árboles se mueven y danzan para nosotros dos, pajes en este vals.
Ven, déjame abrazarte de nuevo, déjame sentir otra vez esa inquietante caricia tuya, déjame saberme feliz contigo.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Luces

Luces
Sergio Pérez Portilla

¿Cuántas estrellas brillaron mientras nos besábamos? Yo vi un sol delante de mí. Mis ojos cerrados, mis manos cerca de tu cuello y las tuyas en mis hombros. Luego, el olor de tu pelo, discretos ambos, suave el primero y ondulado el segundo. Yo vi un sol delante de mí.
Las ruinas se hicieron cimiento, los ríos que huían se desbordaron ayudando a los jardines a florecer, y las mariposas poblaron los pastos. ¿Y el sol? El sol estuvo delante de mí.

martes, 3 de noviembre de 2009

Búsqueda


Búsqueda
Sergio Pérez Portilla

Mírame, con tus estrellas fugaces mírame, con tus caseríos dame calor y con tus silencios llévame a ti. Correré si te alejas, te encontraré a mitad del bosque, en el arrullo sereno del caudal, del cieno y del fango. Te atraparé porque no habrá escondite que te oculte, ni de noche ni de madrugada.
Los guijarros han aguardado por tus pies, por el velo que te tapa y te descubre diáfana, y en aras de la creación, las raíces brotan como tallos para cantarte a ti, para cantar por ti.
Abrígame, abriga mis esperanzas, abriga mis inconsciencias, abrígame con tus caricias, con tus labios carmesí, abriga con tu tonal mi creciente melodía, deja que escriba versos para ti.
Iza con tus cuerdas de colores mis mantos, confío en tu bondad. Libera mis sueños con tu beso, hazlos realidad.